Cuanto más arriba se sube, más daño se hace al caer.

lunes, 16 de mayo de 2011


En realidad, soy transparente. Descubrirías que me gustan los pequeños detalles, si te fijaras en mi detenidamente. Si abrieras el primer cajón de mi escritorio, entenderías todas aquellas cosas que me quedaron por decir, e incluso si te atrevieras a abrir el armario blanco de la cocina, sabrías que el nesquik es mi gran aliado. Puede que si cogieras mi móvil, entendieras la banda sonora de mi vida y si miraras mis canciones verías que siempre hablan de ti y de mi, aunque a ti solo te parezcan simples canciones en inglés, e incluso es probable que si un día miraras la papelera de mi habitación, te asustarás al ver todos los gritos que he callado y todas las lágrimas que se han quedado estancadas en mis ojos. Pon el ojo en mi cámara y mira el mundo a mi manera, puede que así conseguirás entender todos mis miedos. Pasa el dedo por mis uñas, así quizás entiendas que soy frágil y me consumen los nervios, o simplemente cierra los ojos, pon las manos en mis mejillas y sabrás si la vergüenza ha desaparecido. Abrázate a mi almohada y descubrirás de qué están hechos cada uno de mis sueños... Pero si quieres, olvídate de todo lo demás, mírame a los ojos y verás lo único que me importa ahora mismo, aquello que le da sentido y cordura a cada una de mis locuras y a cada una de las tonterías que puedo decir a lo largo del día.

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